Mi sombra y yo



Tres palabras son suficientes

para que el tiempo se descongele.

Como la caricia

de una madre a su guagüita,

cariñosamente me tienden

su mano y sonríen.

Y yo lentamente, con la paciencia

de la más sabia artesana,

comienzo a recoger mi sombra.

Agotadas de tanto penar,

nos sentamos a descansar

a orillas de tu río.

Nos gusta ver cómo viaja el agua...

A veces, nos dormimos

escuchando tu música

otras, perseguimos el sueño

oyendo tu silencio.

Siempre bien juntitas,

acurrucaditas las dos,

aguardando tiernamente

que nos salpiques

con tus gotas de dulzura





(Podés encontrar la imagen en http://sakkarah.blogia.com/2007/octubr

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