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Desaire (inspirado en Roberto Juarroz)

Pienso que en este momento tú no tienes nombre no tienes rostro no tienes cuerpo. Así te prefiero: etérea, invisible Para atravesar tu nube negra cuando el día me pese violentamente sobre el corazón. En alguna parte había un hombre pero tan sólo me quedan los últimos colores un vestigio de alguna caricia del pasado. Hemos amado juntos tantas cosas y yo ahora aquí, en la nochedía del dolor tan sin mí que me está sobrando dios.

Palabras que acarician

En el naufragio de este milenio tus palabras me salvan

Juramento

Lo juro, no puedo olvidarte. De verdad, lo intento. Lo intento pensando en otras cosas O inventándome cosas para hacer. Pero no hay caso. No hay caso, porque hace rato Que sos un fantasma. No hay dudas de que todos, Absolutamente todos, Sabemos que estás ahí. Pero hace mucho que los fantasmas Dejaron de ser negocio en este mundo O, mejor dicho, son el mejor negocio De este mundo Porque así, invisibles como son, Algunos, pueden hacer y deshacer a su antojo Y entonces, nosotros podemos hacer Que no te vemos Y seguir andando sin echar vistazos A los costados. Podemos no ver que estás ahí tirado, Suicidándote cada día, No porque no sepas hacer otra cosa Sino porque no le encontrás el sentido A hacer otras cosas Ni siquiera le encontrás sentido A lo que estás haciendo Pero eso no te importa. Porque a nadie le importa, Aunque se les seque la boca Hablando de vos. A quién engañan… Nunca les importaste Si sólo sos un fantasma vagabundo Buscando ser ama

Quién pudiera

Quién pudiera conocer los secretos de la noche... El sol desaparece y los aromas dormidos renacen. Bajo esas gotas de rocío se nos vienen palabras y pensamientos que en otros momentos prefieren guardarse Como si las estrellas se ofrecieran a ser testigos de esa locura nocturna, dejamos ir palabras irracionales que no estamos tan seguros de querer decir, pero que salen así, sin más... Y cuando muere el hechizo maldecimos por ese libertinaje de palabras que descubre caprichosamente el manto de aquel rinconcito oscuro de nuestras almas...

La Sembradora

Sembrar, contemplando en el interior el misterio de la vida. Sembrar los sueños. Regarlos con alegría. Regarlos con fuerza para que nuestras entrañas latan, de manera que esas semillas crezcan y den sus frutos. Transitar el camino con aciertos, errores, aprendizajes, dudas, luchas. Compartir ese trashumar con amigos que, casi sin quererlo, se transforman en hermanos. Esperar la cosecha. Cosechar la espera. Finalmente, la semilla, ronda bailada, germina en el encuentro y canta la renacencia. Y así, entre siembra y siembra, danzamos la vida…

De imposibles

No pidas al hornero volar como un cóndor, Al caballo rugir como un león, Al árbol florecer en invierno. Al fuego arder bajo la lluvia Al sol reflejarse en el cielo. No me pidas que no cometa error Que no me enoje sin razón Que me conforme con tu olvido. No me pidas que te hable sin temor Que demuestre la pasión Que no cuestione al destino. Pedíme, en cambio, más bien exigíme Que ame tu contradicción, Tu locura y tu pasión Tu error, tu desazón Tu sangrado corazón. Y entonces, así, Podré, quizá, acariciar Tu infinita libertad Tu deseo de ser mar Y tomar tu agua entre mis manos Pa´ que refresques mi andar Y mis ganas de soñar Acurrucadita, así, Entre tus brazos.

Flotar

En el aire Floto sin rumbo Como el otoño que asoma Me devuelves el frío, Que se condensa en mis ojos. Llueve tristeza. Cristalizados en tu costa Quedan aquellos sueños. Entierro coplas de magia enharinadas Que alguna vez hemos sabido cantar Buscando tesoros milenarios O descubriendo la grandeza del viento Cuando jugábamos a la eternidad Y a olvidarnos del mundo