Nos conocimos en la infancia y mientras el resto se empeñaba en decirme que éramos diferentes tu mirada me mostraba exactamente lo contrario. Yo creo que fue a partir de entonces que nunca más nos separamos. A veces, juego a olvidarme de que existís pero enseguida venís vos y me tocás el hombro, algunas veces en silencio y otras, a los gritos para decirme que no querés más, que hay días en los que podés y otros, en lo que preferís no despertarte o sí, despertarte y para siempre de esa vida que no elegiste vivir. Y entonces, no puedo escapar a tu mirada porque en tus ojos me veo a mí, te veo a vos mirándome cómo te toco el hombro, algunas veces en silencio y otras, a los gritos para decirte que no quiero más, que hay días en los que puedo y otros, en los que prefiero no despertarme o sí, despertarnos y para siempre de esta vida que no elegimos vivir... Y entonces, no podemos escapar a nuestras miradas porque yo soy vos, y vo
Comentarios